ENCUENTRA A CRISTO
La sed y el hambre son realidades de la vida. En las lecturas de hoy, escuchamos al Señor invitándonos al banquete para comer y tomar. ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste de una gran cena? ¿Fueron satisfechas tus necesidades o te fuiste aun con hambre? Jesús conoce nuestra hambre y sabe cómo satisfacer el más profundo deseo de nuestro corazón, estar en unión con Dios. Solo necesitamos traer esa hambre a Él. Él toma nuestra humilde ofrenda, la bendice, la parte, y la da; vemos esta acción en cada Misa en la Eucaristía.