Nos conformamos a la imagen de Jesús cuando, al igual que Salomón, pedimos sabiduría de corazón; su más grande deseo es conocer y hacer la voluntad de Dios. El reino del cielo está presente donde la voluntad de Dios reina, no la nuestra. Cuando vivimos en el amor de Dios vemos al mundo de una nueva manera. Somos llamados a entregarnos y aceptar el trabajo que Dios continúa haciendo dentro de nosotros abriendo nuestro corazón, ojos, y oídos para construir el reino de Dios. El reino de Dios está compuesto por relaciones; la relación de Dios con nosotros, y nuestra relación entre todos. ¿He puesto todo en riesgo en búsqueda del reino de Dios?
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Canción de adoración