ENCUENTRA A CRISTO
En el evangelio el celo de Jesús, su amor intenso, lo lleva a proteger el templo ferozmente, la casa de Su Padre. El “templo” y la “casa” a los cuales defiende son títulos para los lugares donde Dios vive en la tierra, para el cuerpo de Cristo, y para la comunidad Cristiana. Tal y cómo el celo de Jesús lleva a la destrucción del “templo”, su cuerpo, antes de su triunfo eventual y eterno, debemos estar dispuestos a sacrificarnos a nosotros mismos para que Él nos levante. Somos llamados a proteger el templo celosamente, no solo la morada física del Señor sino también nuestra comunidad Cristiana y la fe de la iglesia.
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Canción de adoración